La música tradicional asturiana forma parte esencial del patrimonio cultural de la región y se ha transmitido oralmente de generación en generación, especialmente ligada a fiestas, romerías y celebraciones populares. Entre sus elementos más representativos destacan los instrumentos folclóricos, que no solo acompañan danzas y cantos, sino que también reflejan la identidad sonora del pueblo asturiano. La gaita asturiana, emblema musical por excelencia, se combina habitualmente con otros instrumentos como el tambor, la pandereta, las castañuelas (castañetes), el pandero cuadrado, y en tiempos más recientes, el acordeón diatónico. Estos instrumentos, muchos de ellos de uso tradicional en el medio rural, son clave para entender la evolución y riqueza del folclore musical de Asturias.
Es un instrumento de viento tradicional, caracterizado por su uso de lengüeta doble y su sonido potente y emotivo.
Ha estado presente en la vida cotidiana, celebraciones y rituales del pueblo asturiano durante siglos, convirtiéndolo en uno de los elementos más representativos de la cultura asturiana.
Su sonido se asocia de forma inmediata con la cultura de la región, especialmente en fiestas tradicionales, romerías, actos oficiales y procesiones. Su forma de construcción y estilo de interpretación la hacen única dentro del mundo de las gaitas.
Es un instrumento de percusión tradicional, hecho con un marco de madera cuadrado cubierto por piel tensada. A veces, lleva cuerdas en su interior y pequeños elementos como piedras o semillas que suenan al moverlo. Se toca con las manos, los dedos o incluso con una porra, y es típico del norte de España, especialmente en Asturias
El pandero cuadrado tiene un fuerte valor cultural, sobre todo entre las mujeres, que lo han transmitido de generación en generación. Era común en fiestas, trabajos del campo y reuniones familiares, acompañando cantos populares. Aunque menos famoso que la gaita, es importante en la música tradicional asturiana.
Un instrumento tradicional de madera, confeccionada artesanalmente, que en Asturias, es más grande y con un sonido más fuerte que otras variantes. Se usan en bailes típicos como la muñeira, marcando el ritmo con energía en fiestas y celebraciones populares, tocadas por hombres y mujeres. Aunque estuvieron casi olvidadas, hoy se están recuperando gracias a escuelas y grupos de música tradicional.